No puedo pensar una sola idea sin sentir el viento que viene desde vos, pienso que mi destino solo en vos tiene lugar, por eso es lenta mi retirada, y entonces se me rebela el corazón, las ideas, mis brazos, mi boca, juntos hacen fuerza brutal por detenerme en la huída, quieren ser tus prisioneros de nuevo, rehenes en el campo de tus laberintos y de tu cuerpo, ser torturados por tus piernas, por tus pechos, por tus hombros, por tu indecisión, perdidos en el mapa de tu desnudez tibia y húmeda. Yo no soy un héroe, ni un combatiente feroz (porque te amo) y entonces no me resisto, y sueño que me sacuden, me echan y me arrojan, sin poder oponer defensas, otra vez, entre tus formas y tu vida, de donde ya no puedo salir jamás y en donde sé que allí, aún prisionero, encuentro el único mundo donde soy libre.
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