Inicio / Cuenteros Locales / doctora / La niebla
La niebla
La neblina apareció de improviso, como la pelea con Julio. Herví de celos cuando noté que se le iban los ojos tras Celeste. Debía reconocer que él tenía razón, yo era muy celosa y la verdad que no había tenido motivos para serlo. No se veía nada, ni siquiera las manos.
Encendí todas las luces. Ante mí, una mancha flotaba en capas ondulantes. Reduje la velocidad. No sabía si estaba en la ruta o en la calzada. Tampoco sabía si él me seguiría para darme explicaciones o se quedaría con Celeste. Ella era muy bonita. El decía que yo también lo era. Los faros del auto se habían apagado. No sabía qué hacer. El
estruendo era terrible pero dio lugar al silencio con rapidez. Lo nuestro había comenzado como una tranquila amistad que se transformó poco a poco en un amor intenso. Debía salir de ahí. Se olía raro.
El viento sopló con fuerza y sentí frío. Me recriminaba por haberlo dejado solo. Actué como una niña malcriada. Debía hablar con él. Explicarle. Pedirle disculpas. No podía llegar nunca. El sol había dado lugar a la oscuridad y no recordaba lo que pasaba. Sí que quería encontrar a Julio. El me comprendería. Sentía igual que yo. No podía seguir ahí. Me arreglé el pelo con las manos y me abroché la blusa blanca. No sabía porqué estaba desprendida. Me alisé la pollera y logré que adquiriera un vuelo presentable. Deseé que Julio me estuviera esperando. Quería verlo. No sabía si había pasado una hora o un día desde la pelea. No lo recordaba.
Estaba oscuro aquí. Si quería llegar debía hacer algo. El silencio de la noche se rompió. Un auto venía dibujando con sus luces figuras geométricas en el asfalto. Como yo estaba en el medio de la ruta tuvieron que detenerse. Tres muchachos ocupaban el coche. Cantaban y reían. Se notaba que habían estado bebiendo.
Dijeron que me llevarían donde yo quisiera. Uno de ellos me hizo lugar en
el asiento trasero.
-¿Tan hermosa y solita? Mirá, Rolo, ¿no es un ángel?-dijo el gordo.
Rolo me miró por el espejo retrovisor y dijo que sí, que era un ángel hermoso y se rió en forma grosera.
No dije nada. Su risa se apagó ante mi seriedad.
-¿Querés ir a comer algo con nosotros?- dijo el que estaba a mi lado.
Contesté que era tarde. Noté las miradas cómplices que se dieron cuando el que manejaba se volvió.
-Hermosa y sola por la noche-repitió El gordo tomó mi mano y la soltó de inmediato. Parecía turbado.
Supe que había llegado a destino.
-Es aquí-dije.
Frenó el auto y me bajé.
Había mucha gente.
No quería que nadie se culpara por lo que había pasado. No podía decir nada.
Quería hablarles, consolarles, contarles la verdad, que no era lo que ellos pensaban. Había sido la neblina.
Alguien me miró con curiosidad. Era el gordo del auto. Cuando alzó el velo que cubría mi cara me reconoció. Pegó un alarido que sacudió a las flores que adornaban la parte superior del féretro. El más ridículo era Rolo, señalándome con el dedo índice mientras gritaba:
-Es el ángel, es el ángel.
Afuera soplaba el viento.
|
Texto agregado el 07-11-2005, y leído por 665
visitantes. (29 votos)
|
|
|
Lectores Opinan |
|
|
|
|
|
|
26-02-2009 |
|
Entretenido, pero me perdi un poco. Solo se que al final aparecio un angel, y que mas? inkaswork |
|
| |
|
|
17-06-2008 |
|
Solo una recomendación para facilitar el entendimento del lector. Y es separarar con espacios los parrafos de puntos aparte, sin importar el formatode la web. Por lo demás algo vertiginoso pero interesante sin duda. Un saludo muroh2003 |
|
| |
|
|
25-04-2008 |
|
buena reslución, me confunden un poco los cambios de escenario, quizá una vuelta de tuerca al final deje más claro lo del angel fuera de rumbo
abulorio |
|
| |
|
|
23-04-2008 |
|
Vaya,vaya,que sobriedad,que finura, mis 5* feluja |
|
| |
|
|
02-03-2008 |
|
Muy bien doctora. Existirá ese momento? Entonces la muerte no será la pérdida de la conciencia? Creo que sería lo peor. Excelente cuento (y dinámico). daywaskya |
|
| |
|
|
Ver todos los comentarios... |
|
|
|
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login
|