Un hombre recapitula la historia según su propia memoria a partir de los hechos visibles y se convierte en un desheredado automático. Sólo posee una opción según su propia naturaleza: cargarse de culpas y exhibirlas por todos los lados: Asume su papel hasta el punto de que el miedo lo acoge. Infeliz entra en su casa y percibe una presencia peligrosa que en un rincón lo acecha. Vive su rol, lo asimila hasta el punto que se convierte en una fibra temblorosa. Sin sorpresas la viuda negra se le acerca, un ser que solamente devora, el único ser alegre de toda la naturaleza. Salta sobre el hombre y le inyecta su ponzoña, un instante fotografiado, un fenómeno indescriptible pero justo, manifestaciones del Amor...
El miedo vivido narcotizado de encanto, de encantamiento, de baño por dentro, de única amistad. Complejo, posee y es todos los seres. Completo, se vive en la soledad cuyo único compañero (a) sólo puede ser el Espanto, bajo cualquiera de sus formas.
Narcotizado por la ponzoña, cuajado de entendimiento, habla solo con esa sombra negra tras él, en silencio conversa, la viuda negra se fue.