A veces uno cae profundo en uno mismo y cuando esto ocurre por un largo período de tiempo uno se transforma. La soledad como se nota en los escritos de Torno30 y Torno40 – es un catalizador excelente, hace que nada interrumpa lo que uno intenta y confiere velocidad a ese mismo intento, pero después uno mismo queda atrapado en lo que intentó y no consigue energía para salir de ahí. Termina uno por fabricarse imágenes de uno mismo que son estériles en su mayoría, imprecisas, que no terminan por detallarse y, como no encuentra uno ningún feedback termina uno por darse cuenta de que ha caído en lo profundo de la extrema soledad. El hablar desde ahí es patético, es como hablar con flores y temer que por la energía fermentada de la voz estas mismas se marchiten.

- Observa uno desde arriba el espectáculo y desciende uno un poquito en sueños para susurrarle bajito en la oreja dulcemente: “exhibicionista”.

En esos extremos uno siente que es imposible una llamada, lo que en esos extremos uno llama un “feedback”, algo, aunque sea una hojita, que pueda sacarlo a uno de allí y retrotraerlo a un estado más vital, más humano.

La cantidad de amor o de afecto que se necesita en esos estados es mínima cuando uno está acostumbrado a esas crueldades a las que uno mismo se somete.

Viene y llega y llegó!

A las Gracias gracias. A las Gracias siempre gracias.

Gracias.