- Platón es admirable, pero más admirable era yo

-o-

Sucede a veces (a veces nos sucede) que en una especie de mariquismo celestial algunos hombres comienzan a admirar a otros hombres. Pareciera (pareciéranos) que algunos hombres felices y satisfechos y contentos consigo mismo, que han hallado un cielo en su propia imaginación, que sienten a veces como una energía blanca-leche recorrer sus cuerpos en placer como si la Luna estuviese haciendo el amor con ellos, de pronto sienten una admiración profunda por otro hombre, una especie de hermandad admirativa, y le entregan todos los frutos energéticos (todas sus formaciones) en un sentimiento de pureza a otro hombre por un detalle o, por una sumatoria de detalles que han causado su más profunda admiración.

Deja uno de vanagloriarse de sí mismo, de untarse en uno mismo y, en lugar de ellos piensa uno "Platón!" e intenta uno crear su propio modelo en base a Platón. No funciona, la voz propia no retumba con una potencia mayor que la de un eco. Se vuelve imperfecta mas no perfectible y acaba uno por perder su propio poder.

Siente uno vergüenza de haber abandonado su propio modelo y desconfía uno entonces de toda admiración.

¿Pero qué fue lo que él dijo, para reconstruirlo desde mí, para compararlo con mi propio modelo (para dejar de estar debajo de él)?

Fueron sólo dos cosas: Vio inteligencia en las estrellas, vio una inteligencia superior a la de los seres humanos en el movimiento regular y constante de los astros. Entendió el Cosmos como conciencia, es decir: admiró.

No sólo admiró. En el libro "Sobre el Reinado o el Rey" entabla una discusión dialéctica con un muchacho joven y a pesar de que uno se da cuenta de que la mente de Platón es más poderosa que la del joven muchacho, Platón constantemente intenta mantenerse a su nivel, mantener la comunicación sin crear admiración: se muestra como un reflejo inteligente de un muchacho inteligente. No se muestra como Platón (Quizá se muestra como Platón): Amó

Admiró y Amó

Creo que nunca fue Platón

Sé que siempre fue Platón

... sé que nunca fue Platón

En el libro de los grandes hombres todos están desaparecidos, eso es todo lo que siempre entiendo.