La historia que estáis por leer sucedió en el futuro. En un futuro muy lejano si sois capaces de decodificar estos signos. En un futuro que habrá pasado por inimaginables eras productas algunas de fenómenos cósmicos y geográficos y otras de comportamientos sociales incomprensibles para ustedes hombres de tiempos remotos. Revoluciones de tal envergadura que para los hombres de una época los de otra época son Dioses y para los de otra época los de una otra época sólo son comparables con hormigas, sin sentido y laboriosas. Las razones que causan las motivaciones de una época no pueden ser comprendidas desde otra época, porque ambas épocas forman a seres distintos, mediante sus motivaciones e intereses obtienen una estructura. Es lo esencial en los seres humanos lo que sufre alteraciones según las eras. Todo aquello que no obedece a nuestra alteración en nuestra circunstancia nos parece irracional hasta que el ocaso o el alba en un cambio de era le otroga sentido a todos nuestros absurdos y nos da fuerzas renovadas para soportar un nuevo absurdo.

Para el momento en que escribo estos signos el Sol se ha enrojecido y la Tierra a lo único a lo que la podemos comparar es a un inmenso desierto. Ha terminado finalmente la era del saqueo posterior a una era del auge de la ciencia, era en la que el ser humano halló, finalmente, un equilibrio armónico entre ciencia, creatividad y naturaleza. Pero el planeta no respondió al deseo del ser humano de reconvertirla en el paraiso por más que avanzamos en una ciencia ecológica por reconstruir el verdor del planeta, su habitabilidad. A lo largo de los siglos se hizo notorio e indiscutible una modificación en el comportamiento energético del Sol que afectaba el comportamiento del planeta por más que habíamos perfeccionado nuestras técnicas, obras mágicas, de avanzadísima ingeniería, que nos permitía ahorrar todo sin ningún desperdicio. Obras mágicas que posteriormente fueron totalmente inútiles, porque el Sol y la Tierra estaban cambiando, sin obedecer a la labor de nuestro deseo. Ante la realización de la muerte segura comenzó la era del saqueo, la ciencia se avocó a la transformación de la materia en energía, en la construcción de inmensas colonias-naves espaciales, en el uso de todos los recursos que anteriormente habían sido regulados y ahorrados, para el peregrinaje espacial. La tierra entera y con ella todos los recursos posibles fueron saqueados para hacer una migración de tal proporción posible. Soy uno de los pocos que permaneció en este planeta, otros humanos también permanecieron. Han pasado siglos desde que el último que decidió marcharse se marchó. Fueron los últimos hombres, los recuerdo. Y los que quedamos, en su mayoría, los recordamos. La mayoría de las grandes naves perecieron. Fueron sólo grandes pájaros mecánicos voladores. Y, si funcionaron, habrán sido llevados a lugares en donde tarde o temprano también viene la Muerte. No es posible huir para siempre.

Toda historia termina en el silencio.