No hace muchos días me encontraba haciendo cola en la caja de un supermercado, tenía justo detrás mío a una señora con una niña de unos cinco años, santa madre desde luego, la niña era un terremoto, no paraba de mover los artículos del carrito, cogía los chicles del estante, en fín, se podría decir que la nena era un verdadero coñazo, la ideal candidata para un Herodes. La madre hacía lo que podía pero todo era poco, entonces vio la solución, una pareja de la policía se paseaba por el recinto, tocó a la niña en el hombro y le dijo:
- Paula(ahora todas se llaman Paula), como no te estés quieta voy a llamar a esos policías para que te metan en el calabozo.
Eso fue mano de santo, se quedó más quieta que un gato de escayola, y es que desde nuestra más tierna infancia se nos adoctrina en el miedo, en el chantaje, para que nos convirtamos en ciudadanos de provecho. Cuando no nos portamos bien se nos avisa de que vendrá "el hombre del saco", "el coco", "el sacamantecas" o cualquier otro personaje mítico(cada país tiene el suyo) para que volvamos al redil, a la línea recta.
Pero no se confundan, esto no es cosa de niños, esto ocurre hasta el final de nuestros días. Cuando ya de adultos alguien piensa que no hacemos lo correcto(sea cierto o no) también utliza la misma artimaña, nada como la amenaza del poder para bajar la cabeza y seguir pegado al rebaño, cuantas veces habremos escuchado eso de " tendré que llamar al encargado", "el jefe tomará buena nota de esto", " no dude que llamaré al director"... Y así mil ejemplos más.
Qué pasaría si no hicieramos caso a tales amenazas, la mayoría de las veces son faroles marcados para conseguir el objetivo de someterte, pero si se convierten en reales... Veamos un ejemplo:
- Rodríguez, esto no puede seguir así, me está tocando las narices, como no cambie su actitud tendré que ponerlo en conocimiento del jefe de personal.
- ¡Díselo a quien te salga de los huevos, pero te aviso que como lo hagas te corto las pelotas y se las meto en la boca a la puta de tu madre!
En este caso la respuesta es utilizar el mismo sistema, el miedo, puede funcionar, también hay otra opción, veámosla:
- Rodríguez, esto no puede seguir así, me está tocando las narices, como no cambie su actitud tendré que ponerlo en conocimiento del jefe de personal.
-¡ Ahhhhhhhhhhhhhhhjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjjj!
En este caso el tipo aparece tumbado en el suelo con los huevos cortados de un mordisco. Es una respuesta al chantaje algo radical, pero le aseguro que en la cárcel será muy respetado.
El mundo está montado así, quien más miedo mete al resto es el que domina, ¿verdad señores mandatarios del mundo libre?
Luis Barrasa Martínez(Barrasus) Sevilla 6 de noviembre de 2005
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