El tenue olor rebosa el ambiente,
tu piel se humedece con la saliva de mi boca,
tus manos no dejan de moverse.
Cabalgas ardientes suspiros, fluyes,
te muerdes los labios, inhalas y excitas los gestos.
Mueves la cadera, curveas la espalda,
pierdes la mirada en los movimientos.
Bajas y subes, te pierdes húmedamente.
Las palabras ardientes brotan,
los dientes pelean placenteros.
Yergues el pecho, te partes en mil
y te dispersas sobre la cama,
vuelas en tu limbo.
Sucumben los poros,
danzas sin parar,
tiemblas y mueres.
Te sigo sin aliento,
bajas y subes,
tu piel en la mía,
bajas y tiritas,
subes y vuelas.
Muerdes, miras, sudas, subes,
bajas, tiemblas y de nuevo te vas,
te sigo y explotas.
Revientas en olores,
revientas en pasiones,
estallas y muerdes,
acompañándote temblamos,
se resquebrajan los poros.
Agotada, subes y bajas,
rehuyen las fuerzas, desplomas el vientre,
bajas, no subes, sudas mares.
Pierdes el sentido, desvaneces,
llegas exhausta, el vaho se marcha
y el licor se combina, los oídos se complacen
las palabras sisean y de puntitas te entierras en mi sueño,
con sigilo sobre el pecho, para no despertar dudas.
Pij. |