Prueba atarme las alas que se abrirá mi vientre de gaviota desovando cien cuervos. La luna irreverente mostrará su puñal hasta enquistarle ojos a la noche. No desoiré al latido que brama busca insiste por recobrar sus notas. Cautiva ante la presa entre dientes el grito vomitará su furia en siniestra armonía. Prueba castrar mi voz que encontrarás pichones muertos sobre tu cama de marfil señalando miserias. © Silsh (Argentina)
Texto agregado el 05-11-2005, y leído por 239 visitantes. (2 votos)