La brisa acaricia tu cara, suave y calidamente, las olas te mecen con un ritmo lento que consigue que tu mente se olvide del recuredo de cualquier problema. Escuchas tu nombre, alguien te llama, no haces caso tan solo sigues en ese pequeño instante. Piensas que hay alguien que te espera, lo sientes... Después de mucho buscar crees encontrarlo, lo conservas o por lo menos lo intentas, pero descubres que no es como pensabas, te decepcionas y te alejas dejando eso tan anhelado y te marchas sin arrepentimientos ni conflictos. Pero de pronto sientes algo calido, acogedor que te complace como nada antes lo había hecho, te llena de alegría y crees encontrar lo que buscabas. Te acercas y lo cojes te aseguras que no se vaya, cuando lo descubres sientes de nuevo esa voz que te llama pero mas fuerte e insistente, no sabes que será solo pierdes de cista lo que encontraste y ves como se aleja, como se te van las ilusiones, lloras y te alteras solo te consuela el que seguirás buscando y algún día encontraras eso tan anhelado. Tomas fuerzas y decides levantarte para volver a comenzar, volver a buscar eso que tanto anhelabas, te marchas y dejas todo atrás para volver a empezar.