¿Por qué apareces como un fantasma?
¿Por qué tu luz llega reflejada
en un espejo roto?
Tu risa se ha cortado en los trozos filosos de una palabra puntiaguda
que se despedazó en mis tímpanos.

A la poesía se le pide excelencia;
a mí no se me puede pedir más.
¡Ay, luz maligna!¡Qué lejos te siento!
¡Pero cómo me quemas las retinas!
¡Otra vez te pertenezco!¡Otra vez te lloro!

Perdóname, Borges.
Perdóname, Neruda.
Perdóname, García Lorca.
Perdóname, Vallejo:
¡Si les infrinjo estas líneas, mil veces perdón!
A mí no se me puede pedir más.

Reo Libre