Cuando comenzamos nuestro amor,
el camino a recorrer era ancho y despejado,
pero, poco a poco, comenzaron a aparecer,
piedras y pozos en el sendero...
La primera dificultad fue la distancia,
cinco mil kilómetros nos separan,
pero, en la actualidad,
no es más que tiempo de viaje.
La segunda fue nuestras edades,
disímiles entre ellas a más no poder,
pero capaces aún de darnos
nuestro tiempo juntos...
Otra piedra fue mi situación,
casado y con familia,
era necesario cortar todo contacto?
o podemos posponerlo hasta el final?
De a ratos entrábamos en valles
que facilitaban el desplazamiento,
y, a veces, nos encontramos con subidas,
bajadas y desfiladeros montañosos.
Poco a poco fuimos salvando distancias,
el conocimiento mutuo se imponía,
nuestros deseos tomaban forma,
y nos llevaban en andas hacia delante.
Terminaremos algún día de conocernos?
Sabremos que realmente somos el uno para el otro?
Definiremos nuestro futuro juntos
o volveremos a caer en nuestro olvido?
Sólo sé que te quiero,
que sin ti la vida no vale nada
que sueño con llegar al final
y poder tomarte en mis brazos
como es nuestro deseo...
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