Cobarde es el hombre que prefiere la verdad a permanecer encantado, el que desconfía del poder de sus sueños y se ve incapaz de ver el poder de los sueños en la realidad. Cobarde es el hombre que se desconecta de una batería después de haber tenido la fortuna de haberse conseguido una.

Cuerpos concretos son el cimiento perfecto para dar origen a la necesidad. Todo tan tangible y, para nuestros ojos, con tanta posibilidad de lo reducir. A ina voz que no brilla, a unos ojos que no dicen, a unas orejas que no olfatean lo que está dentro de nosotros - muriendo - más allá de nuestra voz. Pagamos La Traición ofreciendo la posibilidad de incongruir.

El Sol contamina, hasta en el Paraiso eso ha sido siempre así. Tratamos de reducir el sueño a la realidad y hacerle culto a la misma clavándole al sueño una estaca en el corazón. Porque el Sueño como la Noche es vampira y sabio y tonto hermoso es aquel que la deja volar, sola, aunque no tenga rama en la qué posarse, sola, para acechar; mientras dormidos, en sueño, en la realidad real de nuestro cuerpo, estiramos nuestro cuello para hacer sus ojos brillar, como dos estrellas hermanas, como dos estrellas gemelas y viene un dulce viento que nos iza como vela para quemarnos para siempre o para hacernos navegar

La Traición está siempre ahí, en la puerta, llamándonos constantemente "Cobarde" en cada uno de nuestros gestos.

Hamlet optó por no ser.