Me burlaría de todo, pero hoy no puedo. Es más fuerte esta sensación de nada, de miedo en la cabeza, estupidez de la una de la mañana, pijama tarde. Llegué con muchas heridas hasta hoy, pero huele a perfume regado y ando conmigo, se aminora la ausencia. Peor es cada grandeza del arrepentimiento, victorias y cantos gregorianos. No lo soporto aunque lo invito. Hoy no hay nadie aquí y está llena de azul la lejanía, no se siente mucho más allá, se cuenta poco, se oye menos el atardecer. Y ahora ya es más tarde, mucho más; es más tarde que la costumbre, aunque haga lo mismo de rodillas y cante plegarias a rutinas anhelantes. Vacua está hoy la celosía, aunque haya luna llena. A nadie va dirigido este testamento del día, nadie se ha sentido deseo, ni siquiera vale la pena un suspiro. Testifico que esto divaga de penumbra en penuria, pero el orgullo no da para tanto.