II
-¿Se va a servir algo mas? – la aflautada voz del mozo me sobresalto.
Perdido como estaba en mis papeles no note que el resto de los parroquianos habían desaparecido. Solo quedaban el mozo que me hablo y el encargado que barría distraídamente un rincón del café.
Pague mi cuenta y Salí al frió invierno de las calles porteñas.
Estaba desorientado y no encontraba un rumbo a seguir ni en las calles ni en mi novela.
Hacia unos días había empezado a escribir una especie de prologo sobre lucifer, pero no podía superar esa etapa.
Camine por una desértica avenida independencia, deteniendo un taxi en el cruce con Entre Ríos.
A la mañana siguiente debía llevar a la editorial un nuevo cuento, y este era el último de la reserva que tenia para casos de falta de inspiración.
Normalmente tenía unos 10 de reserva y trataba de mantener esa cantidad, pero la investigación sobre lucifer llevaba ya 2 meses y no podía desviar la cabeza de ese tema.
Pronto debería hacer un alto y escribir sobre sexo ya que esto era mi principal fuente de ingresos
El taxista escucho las coordenadas que le di y asintió con un gesto.
Cruzamos la avenida Rivadavia y luego de una veloz maniobra tomamos sarmiento.
-¿anda paseando amigo? – susurro el chofer clavando su mirada en una mujer que aceleraba el paso tras dirigirnos una furtiva mirada.
No tenia ganas de hablar, pero devolví la cortesía.
-ando buscando algo, pero no se adonde encontrarlo-
El taxista sonrió cómplice.
-puede ser que lo ayude….¿que quiere?¿chicos, chicas, travestís?-
-¿no me diga que usted los tiene en el baúl?- seguí el juego.
El taxi se deslizaba veloz gracias a la destreza del chofer que aceleraba la marcha siguiendo la onda verde de los semáforos
Estábamos a escasas cuadras de mi departamento cuando el chofer giro con lentitud su cabeza, y mirándome directamente a los ojos susurro:
- creo que se lo que usted busca….espere a que usted lo pida pero bueno, se ve que es tímido o no sabe nada-
No pude evitar sobresaltarme. Había olvidado que estaba viajando en el vehículo.
Ese era el lamentable estado de mi cabeza por esos días
-si usted lo sabe dígame- dije buscando en mis bolsillos dinero para abonar el viaje.
El chofer detuvo la marcha junto la acera y tomo el dinero que le acerque. Luego de buscar el cambio y entregármelo, saco de la guantera un sobre que en un principio creí una publicidad y me la entrego con gesto adusto.
-esto es para usted, y espero que lo acepte- me dijo sin quitarme los ojos de encima.
Ya me sentía lo suficientemente intimidado por la corta charla anterior como para revisar que había en el sobre, así que lo tome y baje del coche.
El taxista me saludo con una bajada de cabeza y emprendió la marcha perdiéndose en la oscuridad de la calle.
En ese momento caí en la cuenta de que estaba en la puerta de casa, y que en ningún momento había dicho yo cual era el edificio.
Sugestionado como estaba, apure hacia la puerta y entre, entornando la vista para ambos lados de la calle. Subí por el ascensor con un nudo en el estomago, sin atreverme a soltar el sobre que llevaba en la mano.
Entre como una tromba al departamento quitándome el abrigo con brusquedad.
Me serví un vaso de brandy y me senté en el raído sillón del vestíbulo.
El sobre seguía en mis manos y desconfiado no me atrevía a abrirlo.
“será alguna publicidad, abrilo y déjate de joder” me dije, aunque el instinto me decía lo contrario.
Lo palpe y adivine una sola hoja en su interior, lo que me hizo suponer que efectivamente era solo una publicidad.
Pero no.
El instinto, o como quieran llamarle, a veces nos habla en voz baja, pero ciertamente lo hace.
Rasgue uno de los extremos del sobre y saque el pequeño papel de su interior.
Seria una hoja de 15 por 15 en un papel ligeramente amarillo.
Las prolijas letras y números escritas en el papel, en un principio, me parecieron una formula matemática, y aun lamento no haberla desechado y arrojado en el cesto de la basura.
Contemple los garabatos y símbolos tratando de ubicar en mi mente adonde había visto el dibujo que había al final, a manera de firma.
Este era el texto del papel.
------SODIUMPARIT
3339659
11321
135455
3165
38935
Como dije anteriormente, en un principio no supe que eran, pero la tarde siguiente, accidentalmente encontré la punta del ovillo.
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