Al caer la noche, después de la ducha de todos los días, solo pensó en cenar algo ligero y acostarse pronto, pues Cristal tenía mañana una reunión muy importante.
Se fue a descansar más pronto porque no entraba en su menú de hoy escuchar los chismorreos de la televisión y se durmió enseguida.
Por la mañana, se cogió un taxi y marchó hacia la empresa para la reunión, en la cuál se pusieron claros los datos administrativos de lo que iba de año. Cristal se fue para la cafetería con su amiga Lely donde estuvieron charlando durante un buen rato y quedaron para hacer algo esta tarde.
Sobre las 17:00 horas, se presentó Lely en casa de Cristal con una bolsa que contenía algo cuadrado. Ella preguntó que era y se asustó bastante al ver que se trataba de una tabla de espiritismo.
Cristal se asustó mucho y se negó en rotundo a hacer cualquier juego raro, pero su amiga le dijo que eso era mentira y que no pasaba nada porque nunca se mueve el vaso.
Al final la muchacha cedió y las dos mujeres se pusieron frente a frente una de la otra, mientras mantenían su dedo índice sobre el pequeño vaso.
Pasó un buen tiempo y no pasó nada, hasta que Lely se rindió por una llamada urgente de la empresa. Se fue muy rápido y se olvidó la tabla en la casa, pero Cristal no la quiso ver más y se decidió a guardarla, aunque cuando alzó su mano para recoger la tabla, el vaso se movió misteriosamente. Ella se asustó mucho y dio un grito ahogado aunque se le erizó el bello al ver que el vaso había formado una pequeña palabra: “LELY”.
La pobre joven salió escabullida de la casa hacia la calle, no sabía a donde ir, pero se tuvo que parar a los pocos metros porque vio a mucha gente parada en el centro de la carretera. Allí observó a su amiga Lely, tendida en el suelo alrededor de un charco de sangre, había muerto atropellada.
Cristal no sabía que hacer, huyó a su casa muy nerviosa y cuando llegó se encontró con todo tirado en el suelo: cuadros, platos, muebles, libros…. Aunque lo único que quedó en su sitio fue la tabla. La muchacha gritó a voces el porque de lo que había pasado, el porque de todo esto tan repentino, y en la tabla se marcó: “CRISTAL”.
De pronto despertó, eran las 6 de la mañana, muy nerviosa se lavó la cara y recordó que en 2 horas debía de asistir a la reunión de la empresa. Cristal se tranqulizó cuando asimiló que todo había sido un sueño, pero ella pensó que fue un sueño muy real para que fuera soñado.
Cristal salió después para la empresa, pero vio que el conductor del taxi era el mismo que el del sueño, y luego se asustó más al ver que el tema de la reunión era la administración de lo que iba de año, y se aterrorizó al ver que en la cafetería estaba ella y Lely solas, como en el sueño.
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