No se que es, tal vez sea tu fuerza al hablar, el carisma de tus letras, tu personalidad definida o tan solo tú la que me atrapa. Me tienes enjaulado. Soy una bestia salvaje y eres mi domadora. Me domestícas.
Soy como hielo y tu me conviertes en agua, me derrites. Tu figura me potabiliza y me sirve en un vaso. Estoy a tu merced. Puedes tomarme o dejarme, tirarme por el lavabo o hervirme. Pero voy a volver en forma de lluvia y me deslizaré por tu cuerpo en un día de tormenta.
Seré tu baño en algún río, te besaré con paciencia y dulzura. La corriente será nuestra amiga, nos llevará de paseo por los confines del ocaso, serémos la desembocadura al océano de lo desconocido, puede que sea insuficiente, pero se que lo haremos, se que podemos.