Los reflejos en el agua marchita de mi ausencia escriben el soneto de historias inconclusas,
confieso que he maltratado mi infancia y he destruido mi martirio infinito.
Confieso que he olvidado tu nombre y he escrito el mío entre tus dientes malditos...
También confieso que he dejado de ser angustia y me he transformado en la flor con amarga dulzura...
Y de qué me sirve confesarte que he perdido mi camino, si realmente no es cierto, si sólo es un espacio que se ha transformado en algo nuevo e irreal a tus ojos...
Camino en estos pasillos donde desnudé mi conquista medieval cuando sólo era un niño o un caballero perdido en el desierto de la fe...
Camino por esos espacios que he dejado como recuerdos de lo que un día fue mi vida sin tu nostalgia...
O sin la mía…
Era princesa y lo olvidé, era nostalgia y aún lo recuerdo...
Era un caballo en los montes intrépidos de nuestra angustia milenaria…
Y qué más da ahora...
Quizás este tema siga su curso al igual como mi misterio...
Quizás contemple tu rostro, querido hermano, como un gran tesoro que jamás dejaré...
Nos veremos algún día, nos reencontraremos alguna noche en esos senderos oscuros donde los reflejos se vuelven ilusiones...
Donde el sol emerge del infinito como un gran manantial de quimeras muertas o de flores blancas marchitas por la desesperación de contenerme…
Nos cansaremos de vernos, quizás algún día...
Nos marcharemos lejos, muy lejos…So far away…
Que nadie sabrá nuestro destino,
sólo encontrarán señales angustiosas y mustias por el siglo del olvido…
Ya no habrán recuerdos de lo que es nuestro suicidio…
Ya no habrán recuerdos…
Ya no habrá martirio…
Sólo la inocencia de tu hermoso espíritu…
Sólo la nostalgia de mi vientre marchito…
Sólo la agonía de olvidarte hijo mío…
Sólo la verdad de renombrarte en otro cuerpo, en otros labios…
Sólo nosostros, tu y yo…
Eternamente dormidos…Sweet dreams for ever…

**Bayerly**