Un día no se porque, ni en que momento, apareció una semilla en mi mano izquierda, porque en mi mano izquierda? no se, una semilla de que? tampoco. Intrigado compre una matera, le eché tierra y la sembré, comencé a regarla, la seguí regando, pero después de algunos meses de regarla todos los días y ver que no pasaba nada me canse y la deje por ahí, no se si fue debajo de la cama, o en un rincón de la cocina, o en el patio, o habrá sido en la cochera?, no se, en fin, la deje por ahí. Pasaron los segundos y con ellos los minutos y con los minutos las horas y las horas se convirtieron en días y pasaron los días y se convirtieron en semanas y por cada 4 semanas me daban un mes y cada 12 meses los podía cambiar por años y después de acumular varios meses por algunos años ¡la encontré!, encontré la matera, y para mi sorpresa tenia una hojita verde, era algo debilucha, así que la puse al sol y comencé a regarla nueva mente, y después de algún tiempo ya no era una, eran dos las hojitas, y luego tres y así sucesivamente hasta que me toco cambiar de matera. Fui a un vivero y en el vivero hable con el dueño y le dije: “Señor! hágame un favor y me vende una matera para esta matica, pero tiene que ser grande y hermosa, porque esta matica va ha crecer y se va ha convertir en una matota, y luego de ser una matota tendré que comprar un jardín, porque va ha crecer y se va ha convertir en un arbolito, y éste seguirá creciendo y se convertirá en un arbolote, y luego…luego…luego yo veré que hago, por el momento véndame la matera que le pedí. Llegue a mi casa y transplante mi matica, la mejor tierra, la mejor matera para la más linda de las maticas. Así que hoy te la traigo, si!, ya la he cuidado mucho, ha crecido, tiene firmes y profundas las raíces. Sabes mi amor? no es mucho lo que tienes que hacer, simplemente la roseas con agua 2 o 3 veces por semana, le limpias las hojas una ves por semana y ya, eso es todo. Mi matica, bueno! nuestra matica ahora la vas a cuidar tu, y sabes por que? Porque solo en tus manos va ha estar bien. Mira! Es una matica muy bonita, por cada 20 hojitas florece una flor, hay azules, rojas, rosadas, violetas, naranjas, y amarillas, pero las que más me gustan son las blancas, podrían adornar tu cabello y contrastarían muy bien con tus labios. Si la cuidas bien dentro de poco tendremos que comprarle otra matera y podremos tomar flores para el florero que te regale, te acuerdas?. También podremos hacer tu ramo de novia, se vería muy lindo con las florecitas blancas, tal ves se lo gane tu hermana. Y si sigue creciendo tendremos que comprar nuestra casa y en el jardín sembrar ya no nuestra matica, no! nuestro arbolito. Y de ahí, de nuestro jardín podré sacar una flor roja para cuando cumplas años adornar el desayuno que te lleve esa mañana a la cama. Luego, cuando nazca nuestro primer hijo iré al hospital con un ramo de flores de nuestro jardín, azules si es niño, rosadas si es niña, y cuando ellos crezcan tendremos que hacerle una cerca a nuestro jardín, porque comenzaran a jugar con balones y no queremos que dañen nuestro arbolito. Sabes? en cada aniversario podré ir al jardín y hacerte el mas lindo de los ramos, del color que quieras, y cuando nuestros hijos sean grandes y se enamoren también podrán tomar de nuestro jardín las flores que quieran y dárselas a sus novios o novias. Claro que si sigue creciendo tendremos que comprar una finca y sembrar nuestro árbol, y si sigue creciendo y se convierte en un gran árbol podremos escribir sobre su corteza nuestra historia de amor, o tal ves nos sirva para colocar un columpio en una de sus ramas, columpiarnos nosotros o columpiar a nuestros nietos. Tal ves mandemos a hacer un cuadro con el paisaje del árbol y nuestra casa, y lo coloquemos en la sala o en el comedor, donde tu quieras. Seria mejor en la sala encima de la chimenea, esa chimenea que nos va ha calentar en las noches frías, llamas que se mantendrán vivas gracias a los leños, leños sacados de nuestro árbol. Tal ves nos cubra del sol cuando estemos sentados los dos, en nuestra banca a la salida de la casa, debajo de la ventana de la sala, viendo un atardecer juntos; una banca hecha de madera, madera de nuestro propio árbol; tu y yo, el atardecer que queramos y del color que soñemos, azul, rojo, rosado, naranja, violeta, amarillo o blanco. Que dices mi amor, la cuidas? Ella aun sin entenderlo dijo que si, y comenzaron a pasar los segundos, los minutos y las horas, y tras las horas las semanas, y con las semanas los meses, y luego los años y después de 2 años y un mes ella me llamo: “oye, paso algo con tu mata, yo no te había querido decir, pero desde hace algunos días comenzó a marchitarse, a caérsele las hojas, perdió su color verde y se torno café pálido, la tierra se seco y la matera se agrieto, creo que tu mata esta muerta, así que ven por ella y te la llevas”. Fui corriendo a su casa a ver si podía hacer algo por ella, pero efectivamente mi mata, bueno nuestra mata se había muerto, ya no habían hojas que limpiar, ya no habían flores que cortar, ya no había matera que cambiar, ya no había ramo que lanzar, ya no había casa que soñar, ya no había jardín que cuidar, ya no habían niños que amar, ni balones, ya no había cerca, ya no había finca, ya no habían columpios en que alcanzar las estrellas, ni cuadro, ya no había sala, ya no habían noches frías al lado de la chimenea, ni banca, ni atardeceres, ya no había árbol, ya no estaba ella,
Ya no había…Amor…
Este cuento tiene otro final, ojala ella cuide mi matica.
Este cuento tambien es para ti. |