Para casi todos, en el mundo, lo más natural seria siempre fingir ser más de lo que realmente se es. Para Rodrigo Gutiérrez este es un concepto por demás alejado de su ser, a pasado gran parte de su juventud, tratando de ser menos de lo que es, y es realmente algo inédito en la historia de la humanidad, pues alguien que lo tiene casi todo debe gastar grandes cantidades de dinero para lograr disimular, el poder y la vida que lo rodeaba.
La vida de Rodrigo no era para nada fácil, pues luego de estar años relacionándose con lo mejor de lo mejor, del planeta, y es que no podemos hablar de chile pues es muy poco mundo para Rodrigo, había cansado su mente ya, de falsas alabanzas, cariños y comentarios. Pero para saber quien es Rodrigo Gutiérrez, debemos preguntarnos quien era Rodrigo Gutiérrez.
Rodrigo, ocupando su nombre actual, nació hace unos 24 años y es que ese era una de las pocas cosas en las que él, era sincero, nació, en chile pero a unos pocos años de vivir en el país sus padres decidieron que lo mejor seria llevarlo a vivir a Europa en donde podría conocer mas del mundo y alejarse de los problemas que, los cambios políticos y las crisis económicos hacían mella en el sentir chileno a principios de los ochenta. A los cuatro años ya estaba en la capital del Reino Unido, el primer objetivo de sus padres estaba cumplido, Rodrigo conocería y viviría en la ciudad mas cosmopolita del mundo, podría aprender a convivir con las culturas mas diversas del planeta, y es que para nadie es un secreto que Londres es el punto de reunión de la humanidad. Allí lógicamente aprendió y asumió el ingles como su segunda lengua, pues sus padres jamás permitirían que el español pasara a segundo plano, es que además tenía una clase, si se pudiera decir así, de chilenismos que aplicaba, lógicamente desde lo más profundo de las salas de clases, en contra de todo aquel que lo afrentara. Sus padres lo acompañarían toda su infancia, pues bien si hay algo que debemos dejar en claro es que el deseo de dejar de ser quien es, no tiene que ver con sus padres sino mas bien con el ambiente en que creció. Su padre es un importante diplomático chileno, cuyos padres eran de orígenes ingleses e italianos, traídos a chile por los años treinta en busca de mejores oportunidades y un ambiente mas tranquilo para vivir. Talvez ellos, los abuelos de Rodrigo, jamás pensaron que su propio nieto cincuenta años después haría el mismo viaje de retorno a Europa por las mismas razones.
Su madre es actriz, y apenas llego de chile con el en brazos busco en Londres la oportunidad de trabajar en el teatro, y lo lograría, transformándose en una muy reconocida actriz de soporte, de lo mejor en las puestas escénicas del teatro londinense. Con estos antecedentes Rodrigo creció rodeado de idiomas, culturas, libros, teatro, pintura, viajes, en fin todo aquello que una persona podría desear vivir, él ya a los doce años había vivido hasta hartarse. Rodrigo era admirador de la música londinense, fans desde pequeño de The Beatles, continuo como era lógico siendo admirador de oasis, aun cuando los hermanos Gallager nunca fueron de su aprecio, principalmente porque hacían ellos dos juntos su vida cada vez mas miserable cuando en reuniones, sus dos adolescentes personalidades destruían todas sus cosas, pero como decía su madre “son hijos de nuestros amigos que le vamos a hacer si no más que sopórtalos” , de verdad Rodrigo solo creía que una buena zunda a la chilena los dejaría a ambos por el buen camino, aunque como decía antes los admiraba musicalmente. Además de ellos conocía a todos y cada uno de los músicos de la filarmónica de Londres, de los cuales su madre conocía a unos cuatro pero el y su personalidad ágil y vivaz habían multiplicado por diez, no había músico que no lo conociera, ni que no le hubiese enseñado lo básico de cada instrumento, aun cuando para él el violín tan solo era el que mas le llamaba la atención y ponía mayor dedicación en los ensayo de su madre para los musicales en aprender cada día más de este su instrumento favorito.
Los años de la niñez, digamos de los diez a los 15 años los paso, de viaje en viaje y de amigos en amigos, no existía día libre o vacaciones, en los cuales aprovechara de realizar viajes por Europa solo o acompañado. Después de todo casi todos se encontraban en su misma condición, esperando que sus padres llegaran de sus viajes u obligaciones diplomáticas para irónicamente salir de viaje de vacaciones con ellos nuevamente. Fanático del Manchester United, siguió al equipo por todos y cada uno de los estadios del reino unido, así como de Europa, y lógicamente por aquellos años de Iván Zamorano convenció a su padre lo llevara a ver un partido del Real Madrid, que bien podía estar de su lado siempre y cuando no enfrentara a la escuadra del Manchester a la cual no dejaría de admirar incluso ahora que de vuelta en chile ya no era siquiera él mismo. Su segunda cuidad favorita era Madrid según él si debiera volver a chile no le gustaría estar alejado de la arquitectura española, ni lógicamente de la idiosincrasia del latino que en Londres escaseaba por demás decirlo, de hecho gustaba mucho de en sus ratos libres viajar hasta la mismísima Italia a ver roma y a conocer a su gente y la cultura de roma que a Rodrigo fascinaba, y después de eso visitar Paris y ver a Marie Henriette Leluan, conocida de él desde la escuela en Londres con la cual sostenía un romance por demás apasionado desde unos años, con ella recorría tomado de la mano los campos eliseos, y subían a lo alto de la torre eiffel, solo para desde allí admirar la plaza con esa forma tan simétrica en su redondez.
Rodrigo conoce a la fecha siete idiomas, español, ingles, francés, alemán, italiano, portugués y por cosas de necesidad algo básico de catalán. Toca a la perfección cuatro instrumentos la guitarra para aquellas tardes de chilenidad, el violín su favorito, el piano el obligatorio, y la batería la favorita de mamá y papá. Conoce todos los países de Europa la mitad de los asiáticos uno que otro de Oceanía y lógicamente chile que si bien no lo recuerda, vive a través de sus abuelos maternos que en chile viven a las afueras de los andes en la vinícola que es de su propiedad, la cual no conoce en persona, pues bien al parecer ellos refieren visitarlos en Europa que no es un gran viaje como para dejarlo pasar según las palabras de sus abuelos. Sus abuelos paternos murieron hace ya unos años, ambos en clínicas londinenses.
Es campeón colegial de natación, y de dobles tenis, fanático del Manchester United equipo que lógicamente conoce persona a persona. Vivió en las bambalinas del teatro de Londres, conoce a cada músico que alguna vez se digno a pisar aquellas tablas, a cada actor de los cuales sin duda es uno de sus favoritos Sir Ian McKellen, gallardo caballero que siempre tuvo tiempo para tomarlo de la mano, cada vez que despegado de la mano de mamá se perdía por entre las bodegas de utilería en donde Rodrigo disfrutaba de los cambios de ropa y juguetes y el actor aprovechaba para, audífonos en manos descansar lejos de los demás actores fumando un cigarro prohibido y escuchando lo mejor de los clásicos , vestido de McBeth.
Es así que Rodrigo vivió su vida, como dije anteriormente es innegable que el decir que tuvo lo mejor de lo mejor no fue una exageración. Aun asi, ya próximo a terminar la secundaria se preguntaba como seria la vida de verdad, estaba seguro que solo unos pocos en el planeta vivían con las ventajas que el tenía, y pensaba en lo duro que debe ser la vida para todos ellos. Por las noches se atormentaba pensando que nunca en su vida dejaría de ser el que su apellido le obligaba a ser, a vivir y prolongar solo la vida de sus padres y que después de todo cualquier esfuerzo que hiciera por ser alguien individual en la vida seria inútil pues siempre seria catalogado como un afortunado de la vida y por ende cada cosa que hiciera por el mismo perdería al poco tiempo toda relevancia a los ojos de los demás. Por eso decidió dejar de ser quien era, se transformaría en Rodrigo Gutiérrez, dejando para siempre su ser real, seria ese 22 de enero de 1999, en todo Londres que escucharía su nombre completo por ultima vez, cuando digieran: Good bye Mr. Vladimir Lucca Medlock Squilacci.
Ya en chile, comprendió que en la vida todo lo decía el apellido, no podría vivir tranquilo y sin enfrentar las preguntas de rigor con sendos apellidos tan llamativos en chile, por eso mismo decidió cambiarlos, las mafias eran simples de encontrar y e la verdad con los contractos que el tenia, no le fue difícil cambiar sus datos, pues con dinero como dije todo es posible, busco rápidamente en las paginas amarillas al primer nombre que se le apareciera, por suerte Rodrigo Gutiérrez fue el primero que se cruzo a su vista y lo asumió como propio desde ese mismo instante, luego puso en regla todos los papeles de estudio, se dio no solo el nombre, sino además una dirección una casa unos papas e historias convincentes para ellos, colegio y notas cambio rápidamente para obtener el permiso de realizar la PAA para entrar a la universidad, se reubico en La Serena, le recordaba a Madrid, que tantas veces como Vladimir había recorrido, guardo en el banco todos los papeles que dicen la verdad de quien es y los que le permitirían cada verano volver a Londres a ver a sus padres que lógicamente nunca se enteraron de las pretensiones de su hijo que además de ser ilegal, podría ser el final de sus días y el de su padre como diplomático. Dejo todo atrás para demostrarse asi mismo quien podría llegar a ser en su vida, dejando todo para él y las paredes del cuarto que arrienda. Solo la personalidad de Vladimir vive en Rodrigo, pero este ultimo, nunca a tomado un avión y habla de Londres como su máxima aspiración, sabe ingles a medias y lógicamente no toca ningún instrumento. Asi a de ser Rodrigo un hijo de la vida, que esta aprendiendo de todo y todos, si volverá a Londres quien sabe, de seguro que sí, Vladimir a reclamado ya un par de veces, pero ya es demasiado tarde para dejarlo todo, son muchas mentiras como para arreglarlo, pero sabe que no será para siempre, pues Vladimir es quien es él, y eso matara a Rodrigo lentamente, como una enredadera que devora un árbol, lentamente volverán los idiomas, los instrumentos su gente su Londres, los deportes. Pues se ha dado cuenta de lo afortunado que es Vladimir y de lo que cuesta ser Rodrigo. ¿Vale la pena ser un Gutiérrez mas en este planeta?, la respuesta…
Vladimir cierra su palm, toma su bolso mira por la ventanilla y una dulce señorita lo mira y le dice Welcome to London Mr. Medlock… Vladimir la mira y dice: muchas gracias.
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