Nunca más retornará el eco de la voz que anhela mi entorno...
No veré otra vez aquellos ojos que ven y no lo hacen en un mismo momento...
“Soy el hijo y el heredero de nada en particular”
Soy el dueño de la hermosa locura que me lleva hasta donde yo mueva mis pies
y los hilos de mi tiempo,
los latidos de mi espacio.
Te has ido...
Ya no le preguntaré los astros si tienes para mi algún mensaje
Que no pude descifrar en tus erráticos actos...

Qué será más fructífero a mi soledad nueva?
Acaso llorar por mis llantos anteriores
O emprender una helada ruta incipiente?

Cada pensamiento merece su recipiente
Como cada amor un amor...

“En vano la soledad abre sus puertas
y el silencio se llena de tus pasos de antaño”

Ya no me pregunto más que será
Qué hubo sido...
Me dedicaré a hablar con los rincones de mi habitación
Para ver si salta desde alguna partícula
Algún diálogo que no quiera nombrar con su nombre,
Ni detener con algún suspiro ajado por los minutos transcurridos
Sin dejar de soñar algún encuentro imaginariamente feliz
Que me conduzca sin error al rincón de mi morada vacía
Invariablemente muda...