El viento otoñal movía las hojas y basuritas junto al cordón. El sol, presente pero impotente, teñía de ocre el fresco aire vespertino pero apenas alcanzaba a arrimar un calor simbólico en el rostro de Mauro. Mientras esperaba que Claudio lo pase a buscar para ir a lo de Toti a ensayar, dejaba vagar su mirada deslizándola sobre los rostros y los gestos de los transeúntes, los autos, las escasas hojas aún colgando de los árboles. En la vereda de enfrente, el ventanal de un bar dejaba ver su interior, paneles de madera en las paredes, confortables sillas, apenas unos pocos parroquianos que con su gesto distendido mostraban lo confortable que debía estar el interior. Justo contra la ventana, dos pibes (dicho esto desde la óptica treintañera de Mauro) conversaban animadamente y gesticulaban sobre dos cervezas y algunas carpetas, llenas de papeles, apuntes quizás. Ambos habían dejado sus camperas sobre los respaldos de las sillas, y uno de ellos tenía un remera negra con una gran estrella roja a la espalda y la figura del Che en la pechera. El otro portaba chomba lisa, discreta, en alguno de esos colores con nombres frutales, pongámosle "manzana". El de la remera del Che se señalaba el pecho, vehemente. Conversaban. Una ojeada al celular. Al rato, se acercó uno de esos pibes que pululan por los bares, vendiendo flores. Rápido con el gesto, el de la chomba frutal le compró un pequeño ramillete, que dejó sobre el costado de la mesa. El mozo se acercó raudo y con gesto discreto pero firme invitó a retirarse al pequeño.
Ah! la juventud, los ideales, la época de estudiante, las utopías... - se maravillaba para sus adentros mientras contemplaba la escena de reojo, atento al tráfico - Al fin y al cabo, no está todo perdido, si aún existen jóvenes capaces de luchar por un imposible. No importa mucho si el ideal concreto pueda ser un poco... como decirlo, inocente - pensaba - Un poco de zurdaje a esa altura de la vida no está mal, leer los clásicos anti sistema, 1984, Farenheit, creer que desde la charla de un café se puede destronar al omnipotente capitalismo, todo eso a los dieciocho está muy bien, si. Luego pasarán a preocuparse, o maravillarse, o angustiarse, por cuestiones más amplias, claro, el sentido de la Vida, el Infinito, la Trascendencia, o más personales, el Amor, los hijos, la propia Muerte - puso incluso mentalmente las mayúsculas una por una. Evocó su juventud, disfrutando el sol en la cara, el viento en los revueltos cabellos, y con el pecho henchido de felicidad y esperanza en el porvenir, subió al desvencijado Renault 6 de Claudio que ya llegaba y allá fue rumbo al ensayo. Quizás si mencionamos que Mauro hacía apenas unos pocos días que estaba nuevamente de novio, tras su fracaso número mil, se tiña la percepción de lo relatado y no faltará el cínico que piense, "ah, por eso tan contento el boludazo", asi que para evitar suspicacias, dejaremos ese dato a oscuras.
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- Mirá, boló, que copada la pilcha que me regaló mi viejo!
- Si, pero medio freak... quien es el barbudo, Jesús?
- Nah que ver, boló! es el Che.
- Y ese quién es?
- No sé bien, pero re garpa la imagen, mirá la estrella.
- Ah, ya se una vez me vi algo en un video... no es el que se fue a Cuba?
- Si, o era cubano, algo asi, yo estuve en Varadero y es una masa, mannnnn!
"pipiripipipiiiipiiiiii" (melodía de "Dame mas gasolina")
El muchacho de la chomba verde manzana ojea el celular:
[K ASES MANNNN]
- Es el Pitu que está ahi en el fondo charlándose a la moza.
- Ganador! Está fuerte la mucamita...
- Mannn que haces con estos papeles?
- Uh sospechá! me pidió mi hermano que se los alcance a mi viejo a la oficina, no se que es... del trabajo, pero me da una fiaca ir....
- Es acá a la vuelta o no?
- Si, por ahi voy más tarde a ver... a la hora que salen, a ver si la convenzo a la recepcionista de ir al boliche irlandés ese nuevo after office...
- Si re garpa!
Se acerca el pibe vendiendo flores, ofrece "un ramo un peso don". Remera manzana saca un peso, se lo da sin decir palabra, casi ni lo mira, agarra el ramo y lo tira a un costado casi con asco. El pibe murmura un "gracias don" y se aleja, viene el mozo y lo invita a retirarse.
- Para que le compras, si después se gastan toda la plata en pegamento.
- Si pero si no se te queda cargoseando y me molesta.
- Por suerte ya el mozo lo sacó, no se ni para que lo dejan entrar...
"pipiripipipiiiipiiiiii" (melodía de "Dame mas gasolina")
Nueva mirada al celular.
[BENIT MANNN Q LA MINA SERO HONDA]
- Dice el Pitu que vayamos.
- Dale.
Se levantan, agarran las camperas y se van, primero olvidando las carpetas con papeles, al rato vuelve uno,
- Mbho! ya me las estaba olvidando, jojo!!
- Jojo nabooooo!!
- Sospechá! - risotadas desde la mesa del fondo.
La mesa del ventanal queda casi vacía, el sol de otoño sigue regalando su dorada luz, en una esquina, las flores se marchitan lentamente.