EN EL MES DE LOS FANTASMAS...
Fantasmas que lo perseguían, cuatro malditos espectros que lo alteraban, que le ordenaban en su propia casa, que le obligaban a tomar pastillas para poder controlarlo, que insistían que se alimente, se vista, que de pronto lo llevaban a distraerse, no por su propio bien, si no para que su vida se prolongara para servirlos a ellos.
El odio iba creciendo, se iba acumulando, no permitiría que esos seres malignos acabaran con él. Fue ese día de calor infernal que prendió fuego a su casa, no sabía si los fantasmas fueran inmunes al fuego, pero lo intentó. El ruido de sirenas, mucho bullicio, gritos, policías, ambulancias. ¡Había resultado!!!, los había eliminado.
Nunca cruzó por su mente ingenua que ellos tomarían venganza, que lo transportarían a un lugar terrorífico hasta el final de su existencia, ahora lo acompañaban, ya no disfrazados, sino con sus abominables vestimentas blancas.
Sentada en la plaza, en tanto una brisa suave recorría mi cuerpo, bajo los tibios rayos del sol, leía un titular en la sección policial, “Esquizofrénico asesinó a sus padres y hermanos pequeños”.
Sin siquiera inmutarme, sólo pensé: “fue en el mes de los fantasmas”.
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