Todos los días mantenemos una distancia de 500 km… espacio que se acortan por la fuerza de nuestro amor, porque juntos, éste intervalo que nos “separa”, no es nada, se esfuma en la nebulosa del amor, se mezcla con la melodía de nuestros corazones que sienten la pasión de nuestras emociones…
La distancia ya no me puede, me fortalece… cada día cuando me levanto, los suaves rayos del sol asoman por las hendiduras de la ventana, y me traen junto con la brisa de la mañana todo su olor, me inundo de su calor, me lleno con su amor, el combustible que me da la energía para seguir todo el día… días que son alegría, sonrisa en mi vida…