E N V O L T U R A


I. TORTURA

Cuántos días suceden en esta vida,
donde los más valiosos
son los de éxtasis o de agonía.

Aquellos cuando el dolor te llega al vientre vacío,
contradiciendo la sensación más llena de vida.

El exquisito dolor de invocar
sonidos,
palabras,
decisiones,
partidas,
despedidas.

Delicioso dolor que se transforma en
el gozo guerrero de despertar
-con los ojos hinchados
y los párpados pegados-
a vencer al nuevo día.

El gozo convencido de la victoria
con que amanecen
los que conocen al menos su punto de partida.

El gozo guerrero de despertar
con la excitación rebelde
que provoca ignorar la ruta debida...
...de vida.

La vida tiene rutas
¡cómo hay de grutas en la vida!
con las debidas grietas
conforman la rotura de vida.



II. ROTURA

Conforme creces aprendes las lecciones
donde ya
sin torturas ni enmiendos,
entre suturas y remiendos,

te verás
enlazando en hilados simples de pasado

te verás
trenzando decisiones

te verás
confeccionando a diario
la colcha de tu vida;

cobijo de tus sueños,
que ufanamente adornarás
con aplicaciones de fantasía
y nuevos puntos complicados.

Y así,
entre roturas y remiendos,
sin torturas ni enmiendos
con dolor en tu vientre
aprendes, si dices o cedes,

por tanto
entre roturas y remiendos
decides
resuelves

y por fin a la mejor una noche,
tal como yo,
esperas que Dios con su infinita misericordia
mientra despunta el día,
te ayude a quedar,
al menos un instante dormida.

III. SUTURA.

Dormir.
Dormir,
tiempo en el que no habrás de romper
ni remendar,
ni decidir,
dejarás de tejer,
porque tu obra ha sido concluida.

Y si la colcha de tu vida
cubre tus piernas, es suficiente

pero ocúpate por decidir
tanto,
tanto,
tanto,
tan de derecho, tan de revés
que tu vida teja y entreteja
un edredón magnífico que cubra
tu cuerpo, tu cabeza, tu pelo

pero ocúpate por decidir
tanto,
tanto,
tanto,
tan de derecho tan de revés,
que tu vida teja y entreteja
un edredón que trascienda
más allá del litoral del colchón del tiempo
y alcance a abrigar
tus días de sueño...
...y de vigilia.
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Desde la tortura
pasando por la rotura
llegando a la sutura
gracias Señor por enseñarme
que son las decisiones
de mi vida la envoltura.



Fabiola de la Paz