Desapareció sin dejar rastro.
Y nadie se preguntó a dónde había ido.
Nadie le recordó, nadie se preocupó por él.
Era simplemente, una sombra más de tantas
que cansada de vagar entre sólidos espectros
habia cedido a disolverse en la nada.
Enterrando recuerdos e instantes,
amigos, enemigos, amores,
e historias pasajeras.
Y nadie se preguntó a dónde había ido.
Simplemente se fue. Como el resto.
Sólo los fuertes permanecen.
Y sólo a los fuertes ayudan.
Y sólo por ellos se preocupan.
Pues de ellos saben qué esperar.
Se fué. Y nadie se preguntó a dónde había ido.
Texto agregado el 21-10-2003, y leído por 194
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