Las lagrimas fluyeron con una fuerza tremenda de mis ojos.
Hoy perdí la creencia, la fe y hasta la esperanza de que todo un día cambiaria.
Creí en un momento que había ganado,
que había derrumbado esa muralla enorme que me apartaba de ti.
Pero fueron solo palabras que sentiste por un momento,
por un segundo, por un instante, creí que todo había cambiado o podría cambiarse,
pero simplemente fue un pensamiento que tuviste y solo lo dijiste,
sin pensar el daño que podrías causar.
Me entregue a ti sin pensarlo, di mi cuerpo y alma,
que por segundos te ibas apoderando de ellos,
hasta llegar a ese laberinto sin fin de mis pensamientos y sentimientos hacía ti.
No lo pensé, no lo decidí, solo me deje llevar por tu atroz amor,
Que en ese momento transmitías, hasta su fin.
Minutos después dijiste lo contrario a lo anterior y un abrazo de tristeza,
de desesperación, de soledad sentí dentro de mi.
Escuche mi corazón latir tan fuerte, como desesperado de angustia.
Seguí caminando y tu presencia a mi lado se encontraba,
mi cuerpo temblaba de miedo, para ahora finalmente y hasta siempre
viajar por el túnel oscuro y frió de la soledad.
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