A él no le importó, y a mí tampoco.
Subimos a su casa y abrió la puerta.
Me acomodé en el sofá y pidió unas pizzas.
A la vez nos besamos y tocamos.
...Llaman...
Bruscamente pagó al motirista y volvió.
Regresó enojado y se sentó junto a mí.
Olvidó su ira cuando le chupé el cuello y cenamos.
Navegamos por la mozzarela y chocamos con el jamón.
Quitamos los champiñones y jugamos con ellos.
Unimos otra vez los labios y sonreímos.
Instintivamente le desabroché la camisa y me miró.
Tiró la bandeja al suelo y se manchó el pecho.
Igual que antes nos abrazamos y también me ensucié la camiseta.
Suspiramos profundo... y soñamos.
Texto agregado el 21-10-2003, y leído por 286
visitantes. (6 votos)
Lectores Opinan
11-07-2004
Fascinante mezcla de prosa y poesía, que pasión, es el juego, que mejor k la pasión fluya con quienes somos capaces de compartir la sonrisa y la RISA... la pizza... yiiiiaaa... eso es solo una excusa... me gusta... **** tiamatvampire
26-12-2003
na, tu habilidad narrativa me abruma de buena que es, creo que la idea debe trabajarse, un bacio TURIN