Poseer binoculares es una cosa divina, para ello es necesario descerebrar a los "buenos" de sus propios pensamientos y construir unos lentes de gran aumento. Todo lo que queremos queda al alcance de nuestras manos, casi como si ya estuviéramos allí. La sensación es divina. Pero, cuando no usamos los binoculares todo se ve tan pequeño y tan vulgar y tan lejos todo lo que queremos... ¿Verdad?.

La idea consiste en hacerse de unos binoculares de esos que se llaman "Perennes" - Buena marca - ¿Verdad?.

Pero lo malo, es, que, pareciendo todo tan cerca al alcance de las manos todo se vuelve como si ya estuviéramos allí, entonces tenemos que tener cuidado con nuestros pasos, no vaya a ser que sin querer nos caigamos en un barranco.

Pero sin embargo, cuando nos aproximamos físicamente a la cosa que queremos, notamos que esta va cambiando y que nos va alterando en una forma que no queremos ¿Por qué será?

Bueno, por que ver a través del lente de un descerebrado no es igual a estar allí y estando no podemos engañar a nadie.

Solos, sin los lentes, caemos en cuenta del desamparo en que nos volvemos en las cosas que queremos.

Ahora bien, los "buenos" malos dan potencia a quienes pretenden usarlos como ojos, quienes los usan suelen creer que es por tontos o por ingenuos; no, no es por eso señores: es por puro juego.

Conocemos la diferencia que existe entre ver de lejos y estar cerca. Entre ver la cosa y estar en la cosa... y calores de por medio.

Calores de los que, quienes usan binoculares, no se dan cuenta y sabemos.