Su sueño era ser inmortal, lo deseaba con pasión. Con talento y muchas artimañas, alcanzó las altas esferas y, allí, su voz alcanzó la precisa nota autoritaria para hacerse oír por todo el orbe. Los que no lo acataron, fueron asesinados, desaparecidos, sublimados… Los pocos que quedaban vivos bajo la biosfera, tampoco estaban de acuerdo en proclamarlo inmortal y cada uno de ellos, desde el hombre más humilde al potentado y hasta su propio edecán, fueron cayendo bajo sus manos hambrientas de posteridad.

Y ya completamente solo en el planeta, supo que su sueño jamás podría realizarse, porque, lamentablemente, la supervivencia de los inmortales depende de los simples mortales…