La noche abrupta
se arrodilla
en mis cejas,
abro los ojos,
cierro los párpados
y te veo con el alma.
No he muerto
solo vuelo
entre los sueños...
(Entre los tuyos, los míos, por entre los universales; aquellos
sueños de amor, poetas y amigos, los de los pájaros blancos,
los de “Las veredas de los indios” o el romancero del zaguán.
Vuelo, atemporal, lejos de la herida ciudadana, del aceite y los
engranajes, de las avenidas y los embrujos de neón, pero si cerca,
entre las lunas de los linajes, del tuyo, del mío, de la sangre caliente
que se nos cuela entre lágrimas y letras. Vuelo con mis brazos extendidos,
con mis manos jadeantes, alas inquietas con sed de vos, a tu encuentro;
encuentro que no imaginas, que solo sucede y sucederá sin vos saberlo.)
...Y voy hacia ti,
con mi cabeza gacha,
a justificar mi osadía
de intentar sentirme un poeta.
Dedicado a la escritora y poétiza, Amanda Abreuca quien me ha dado el honor de su sublime amistad.(sooz),
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