Con mi cesta llena bajo el brazo, camino triunfante, este año la cosecha es buena.Cruzo el camino de piedras que conduce al hogar, camino lleno de altos árboles del color de la primavera y de prados donde diminutos conejos se esconden de mis pisadas en sus madrigueras bajo tierra.
Y siento que me gustaría quedarme allí para siempre. Un poco más adelante y llego a mi destino, un caserío en lo alto de la colina, donde por la mañana, puedo ver el arco iris los días de lluvia, donde un lago nace en lo alto, cruza y hace zigzag entre montañas hasta desembocar.
Un lugar tranquilo donde las mañanas son claras y las noches apagadas, oscuras y tranquilas, y donde, sentada en una roca, cada anochecer, contemplo como la luna se aproxima cada vez mas. De pequeña intentaba tocarla, ¡qué ilusa! Mi madre decía que un día la bajaría para mí, que era tan bonita como yo.. Un ruido seco se cruza en mi camino, y caigo en el suelo tendida...
Abro los ojos... alguien me ofrece una mano, una mano negra, con dedos finos y largos, frágiles.. en una habitación blanca, una voz fría y tétrica me pide que le acompañe pero..¿Dónde estoy?
La mano se acerca cada vez más, el miedo se apodera de mí, me siento inmóvil, incapaz de articular, no puedo levantarme, tengo frío y tiemblo. ¿Qué está pasando?
Una voz lejana grita mi nombre.. la siento inalcanzable..Una lágrima brota en mis ojos, recorre mis mejillas y finalmente acaba en mi boca, tengo miedo..
La voz grita con más insistencia, cada vez más cerca, abro los ojos y de nuevo veo el azul del cielo que cada mañana me despierta y me hace sonreir y... Sonrío. De nuevo esa voz.. ¿Quien gritaba mi nombre?
- "Por un momento pensé que te marchabas, la muerte quería que la acompañases y te ha tendido la mano" |