tu piel se abre ante mi sin horizontes
inmensa imponente ineludible
mis labios la andan y desandan
muriendo y renaciendo a cada paso
me llevan consigo
se unen mis manos a la fiesta
para celebrarte para festejarte
en cada esquina en cada sombra
liberando los sonidos que te habitan
saboreando los placeres que te pueblan
cada parte de mi se estremece con violencia
vapuleada arrojada zamarreada entre el cielo y la tierra
tan solo mis pies se mantienen ausentes
preguntandose donde esta el suelo que ya no lo sostiene
Texto agregado el 28-10-2005, y leído por 184
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