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La miraba deseándola...

Me miro en el espejo para arreglarme el cuello de la camisa, ¡que guapo estoy! Si fuera homosexual me haría el amor yo mismo, je, creo que eso hago en las noches, pero eso es un secreto que tiene que quedarse en la oscuridad de la noche. Le sonrio al espejo y le digo, "¡hoy, hoy si que la besaré!". Es obvio pensar que mi altanero vestuario es el único que podría tener así, se ve que es mi vestimenta para impresionar. Mis zapatos negros mas brillosos no pueden estar, al fin y al cabo de algo sirve tener un padre militar, si bien es cierto que odiaba su manera de criarme a mi y a mis hermanas, tambien es cierto que disfrutaba en ocasiones de su tan estricto orden de las cosas. Por ejemplo, bueno, como ejemplo solo puedo decir que me brillan las botas al punto que puedo ver mi sonrisa en ellas. Miro nuevamente el espejo y hago un movimiento sugestivo, a lo Michael Jackson, ¡auuhh! fue lo unico que me falto gritar al momento de agarrar mi pene y subir la otra muñeca al aire. Bonito momento, exacto momento para que mi pequeña hermana abriera la puerta y me viera haciendo aquel ridiculo. Ella se echó a reir y yo de la verguenza salí como correcaminos a cerrar la puerta de un portazo.

Tengo que salir de esta casa infernal que me esta matando. Justo cuando bajo las escaleras me encuentro con mi padre que me mira de arriba a abajo y me dice "estaré velando cada movimiento en esa fiesta tuya". Parecía increíble, ya tenía 16 años y aún mi padre me queria llevar a la fiesta y permanecer esperándome en el auto hasta que acabara. Solo estaba a dos calles de mi casa, pero así era mi padre, controlador de hasta el más mínimo gesto que hicieramos al dormir. Pero si mi padre era controlador y eso me hastiaba, peor aún era mi madre que ya salía casi corriendo desde la cocina con comida en mano, justo cuando yo decidí entrar en la cocina. Allí quedé yo, bañado de salsa de tomate y un espaguetti en el bolsillo de la camisa. Mi unica camisa de presumir estaba totalmente arruinada como arruinado estaba el unico party de marquesina que me habían invitado. Sabía que tenía que salir de aquel infernal lugar antes de algo así sucediera. "Pero calmate, quitate la camisa que te la trataré de limpiar". Por más que escuchaba aquella maldita frase, no la podía digerir. Eran justo esos momentos cuando me daban ganas de estrangular con mis propias manos a mi madre, supongo que no seré el único adolescente que habrá pensado matar a toda su familia con sus propias manos. Me quité la camisa hasta quedarme desnudo de la cintura para arriba en medio de la sala a lo que mi madre trataba de limpiar la camisa. "Ponte camisa que te resfriarás", sabias palabras que solo las pueden pronuciar los padres, pues solo ellos tienen la loca idea que el más mínimo cambio en la corriente de aire sobre el pecho de uno podría provocarle una muerte lenta y dolorosa y que en el transcurso quedarás todo desfigurado y la gente te tomará asco. Pero quien soy yo para discutir la decisión con mi padre, así que subo y me pongo el primer trapo que encuentro en el closet. "¡OHHHHHH Dios!", allí estaba yo frente al mismo espejo que me había visto arreglarme el cuello de mi ahora asquerosa camisa hace unos minutos atrás, pero ahora estaba viéndome con una blusita azul que decía "power girl" y veía los pelos de mi ombligo coqueteando con el filo de la tela que justo me llegaba hasta el ombligo. Ahhhhhhh, me había puesto una blusa de mi hermana, ¡que horror! y para completar... mi padre que pasa por el pasillo.

Lo que siguió no lo creí pero me asustó más que si mi padre me hubiera gritado y me hubiera abierto la cabeza de un tubazo. Solo caminó hasta mi cuarto y cerró la puerta. Yo esperaba sus gritos y hasta sus nudillos en mi cuerpo, pero no, allí quedé yo, solo en mi cuarto, al frente del espejo con una blusita azul que se me veía de lo más mona, "¡noooo!", pero que digo, esos son mariconerías, en un santiamen me quité aquella blusa y la tiré al piso y busqué una de mis camisas fijandome bien que era mia y me la puse.

Despues de media hora mi madre me llevó la camisa para que la viera. De verdad, en serio, esto no puede estar pasando. La camisa aún tenía el espaguetti en el bolsillo y mi atrevida madre osa decir "la mancha casi no se nota". Justo en ese momento supe que sería el hazme reir del party de marquesina, justo cuando tenía mi única camisa para impresionar manchada con salsa de tomate con un spaguetti en el bolsillo, justo cuando mi padre aún me iba a esperar en el auto hasta que se acabara la fiesta y ahora no se atrevía ni a mirarme, y justo cuando recordé que Ylenia estaría en la fiesta. Hice lo que todo idiota pudo haber hecho. Subí a mi cuarto, me puse la misma camisa de la graduación de noveno grado y sin pensarlo dos veces le dije a mi padre "vamonos". No miré atrás, no le dije nada a mi madre y no pensé que el cuchillo de carnicero que había traído el juego de cuchillos era lo sufientemente filoso hasta para poder cortarle los huesos a mi familia.

En el camino al party, mi padre no me dice nada ni siquiera me mira. No sé si por respeto o por pendejo, no pude romper el silencio. LLegué, me bajé del auto y el se fue a estacionar debajo de un árbol cerca de la casa donde nadie lo pudiera ver. Al menos entendió la verguenza que me iba a provocar. Allí estaba ella, Ylenia, la más bella mujer que jamás podía haber visto y yo no siquiera me atrevía a decirle hola, pero no esta noche, esta noche si que tenía que atreverme a romper el hielo y conquistar aquel corazón de aquella ninfa, ¡que ninfa!, era Venus en carne.

La miraba deseándola...

pensando en todas las fotografías mentales que tendría para masturbarme en su nombre aquella noche. Y en ese preciso momento noté que ella me sonrió. No lo podía creer, allí estaba parado yo, con un deseo tan intenso que hacía que sintiera mi estómago volando. Si pudiera imitar el grito de Tarzan lo hubiera imitado en este preciso momento, me decidí, me levanté, caminaba hacia ella y ella me miraba y luego se rió a carcajadas. ¿Pero que estaba pasando? Todos se volteaban hacía mí y echaban a reir. Yo me había cambiado la camisa y me había percatado que la que me había puesto estaba limpia. Y justo en ese preciso momento, sentí como el suelo se abrió y me tragó por completo. Mi pantalón había adoptado una posición anormal por mi pene erecto. Hacer tantos cerebritos en aquella esquina, maquinando su delicioso cuerpo, me había traído unas consecuencias en las cuales no me fije por estar prestándole atención a las mariposas en el estómago.

Salí de allí lo más rápido posible y fuí a buscar el auto de mi padre para que me llevara a mi casa, no quería regresar jamás a aquel lugar. Justo cuando intenté subirme al auto, mis ojos no podían creer lo que estaban viendo. Allí estaba mi padre masturbándose mirando por el retrovisor a una de mis amigas del colegio. No se imaginan lo asqueroso que es ver a tu padre masturbandose, esa maldita escena quedará grabada en mi memoria hasta el día en que Dios me juzgue por haber tenido una erección mirando a mi compañera de clase en una party de marquesina. Cerré la puerta de sopetón y volví a la fiesta. Estaba convencido de que despues de aquella escena tan deprimente, asquerosa y asqueante, no tendría otra erección jamás en mi vida. Así que era el momento correcto para ir donde Ylenia y decirle lo mucho que me gustaba.

La miré deseándola pero justo como pensé, mi pene en esta ocasión no funcionó y me acerque a ella. No sé de donde me salió el valor para hablarle pero lo hize. Al final, ella me sonrió y me dijo "tu me gustas y me caes bien, pero ya estoy saliendo con Jose". Jose era el tipo mas idiota de la escuela, giré mi cabeza noventa grados a la derecha y lo ví. Llevaba puesta la misma camisa que yo tenía para impresionar, la que yacía tendida en el tiesto de la ropa sucia en mi casa, la que tenía un espaguetti en el bolsillo y justo cuando quería brincarle encima y arrancarle los ojos con mis propios dedos, Ylenia interrumpió mis pensamientos diciendo "míralo, que sexy se ve con esa camisa, ¿donde la habrá comprado?"

Texto agregado el 27-10-2005, y leído por 752 visitantes. (8 votos)


Lectores Opinan
19-10-2006 pd dice un humorista colombiano " los papas pueden arruinar lavida sexual de uno en un segundo" jeje mariposalunizada
19-10-2006 juajuajuajuaja en la imundaa mariposalunizada
16-01-2006 Jajajaja que nasty viejo, igual está muy bueno***** marBin
19-11-2005 jejeje, si llega a pasar excelente texto mis5* pradjapati
07-11-2005 repetiria otra de esas frases que aveces me dejo que se esciban sola pero basta con decirte muy bueno **** XasiroDesBluts
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