Siento un inmenso dolor y descubro mi herida, reciente, abierta, aún tibia. Aquellas palabras fue el metal filoso, del cuchillo brilloso que se introdujo en mi pecho. Un grito al entrar y un dolor al salir, un llanto al sangrar y dos lágrimas al partir. 21/07/03
Texto agregado el 20-10-2003, y leído por 220 visitantes. (4 votos)