No sueñes... Qué más da. Si tarde o temprano todo se pierde. Si ya lo sabías. Que algún día perderías esas sonrisas, esos besos, esos cuentos.
¿Pero cómo vivir cada día sabiendo y pensando que todo se termina?
NO! No lo escuches. No podés saber que se termina porque... sabiéndolo... ¿Para qué arriesgar, para qué vivir, para qué sufrir, luchar, querer? Si al final de cuentas siempre es lo mismo y todo muere.
No pienses en eso. Luchá por una vida, por un sueño, por un capítulo mejor.
Hay que pelear por avanzar, por superar el ayer, no por sobrevivir a otras 24 hs.
No podés ir por la vida por inercia, sin mirar, sin saber, sintiendo con los pies lo que deberías ver con el corazón y entender con tu cabeza.
No te aferrás a nada por miedo a sufrir, creyendo que nada vale la pena. Y así jugás... con ella, que te ama, con tus sueños que no existen, porque para vos no existe el mañana, con vos mismo, porque no te escuchás, porque no te entendés.
Vivís derrochando sentimientos, lo que sentís hoy, lo que hoy querés... Ocupado en mil doscientas cosas para no desaprovechar nada y así dejás huecos en todos lados, haciendo sentir a los demás que no te entregás lo suficiente. Ellos no se dan cuenta que vos hoy amás con todas tus fuerzas y que mañana tal vez no tenés tiempo, ellos se cansan de que un día des todo y al otro nada. Las relaciones necesitan tiempo... no ataques de pasión.
Si hay algo que aprender, es a entregarse con el alma, pero sin ponerle fecha de vencimiento. Quién sabe si esto es para siempre. Pero quién dice que no sea.
¿Por qué todo se termina? ¿No creés es los cuentos de hadas?
Yo sí... y yo quiero vivir feliz para siempre... |