Alberto Monge vivía en el rancho de “ Zicuapo”, municipio de Turicato, Michoacán. Como todo joven, a él también le dieron ganas de irse a los Estados Unidos de Norte América ya que deseaba juntar dinero para casarse al regresar. Sus padres no lo querían dejar ir y él con su necedad se fue a pesar de la súplica y el llanto de su madre.Sus papás no hallaban que hacer, pero les tocó aguantarse y dijeron ojalá que le vaya bien, que no le vaya a pasar nada, ya que tenían la creencia que cuando alguien se va sin permiso, algo le ocurre.A unos cuantos días que se fue, tuvo muchos problemas pues se dedicó a vender droga y por andar en malos pasos con unos “ cholos”, lo mataron.Cuando sus padres se enteraron, comentaron: “ Al hombre mal entendido siempre le pasa algo”. Por ese motivo Alberto ya no pudo casarse, la ambición lo perdió, por querer obtener mucho perdió hasta su vida.Al llegar al rancho con el cuerpo, sus padres le lloraron mucho. Alberto venía en una caja y aparte trían un cajón más grande. Lo velaron una noche y al día siguiente lo enterraron.El cajón grande que trajeron con la caja del muerto se quedó en la casa y ahí almacenaban maíz de la cosecha. Muchas veces de ese cajón salía un ruido espantoso, se escuchaba que zapateaban y éste, se movía solo.Mucha gente que rentó esa casa le tocó vivir este acontecimiento y por tal motivo la casa permanece sola porque todos le temen al cajón del muerto que se menea solo.Dedicado a Eloy torres de Turicato por su colaboración