En el Ingenio Puruarán las máquinas que se operan son pesadas y su funcionamiento es riesgoso. Dentro de un gusano transportador de azúcar hubo un hecho que de sólo recordarlo se me ponen los pelos de punta.No sé cuantos años hace de este acontecimiento. Sin embargo aún se mantiene en las mentes de muchos de los trabajadores de esta factoría.Los domingos es costumbre en los Ingenios hacer reparación a los hierros para darles limpieza ya que el jugo de caña deteriora la maquinaria poco a poco.Ese día, uno de los obreros se metió a dar limpieza al gusano transportador de azúcar y a la vez canturreaba canciones de boga del lugar. De pronto la maquinaria empezó a caminar y aquel hombre con gritos desesperados y el deseo de salir de aquel mueble de aproximadamente un metro de altura, al mismo tiempo que se le hacían tirones sus ropas junto con pedazos de carne y se empezaba a pintar aquel azúcar de color rojo.Alguien escuchó este llamado, pero al detener aquel aparato, ya era demasiado tarde, aquel cuerpo ya se encontraba casi destrozado a la mitad.El infortunado obrero fue llevado al Seguro Social, pero desafortunadamente falleció al llegar a la ciudad de Morelia.Aún en estos tiempos cuando el Ingenio se encuentra en receso, se escuchan gritos desgarradores que proceden del gusano conductor de azúcar y se comenta que un jovencito fue a ver, guiado por los gritos y grande fue su sorpresa al ver el conductor lleno de sangre y caminando solo.Si quieres comprobar la veracidad de estos hechos, acude al Ingenio Puruarán cuando no haya ningún trabajador y observa el gusano transportador de azúcar. Ojalá y no te lleves la sorpresa de ver al hombre destrozado gritar de forma alarmante.