¡Claro,
ya sé que deambulas
en mis recuerdos!
Pero hoy festejan
el día del amigo,
vos fuiste el mío
y ahora eres amigo
de la tierra,
de la muerte y de la nada.
¡¿Que puedo festejar yo?!
¡Que la muerte, la tierra
y tu nada te lo festejen!
¡Y que festejándotelo están, creo!
Porque ya veo,
movimiento de pájaros
en círculos locos,
flores nuevas,
y el agua más fresca
y clara.
Sombras que se mueven
apresuradas a la deriva,
las sombras de tu muerte
solemnes y esquivas,
y miro hacia arriba
un cielo diáfano
lleno de nada,
tu nada, tu mismísima nada.
¡Claro, ya sé
que deambulas en mis recuerdos!
¡¿Pero, que puedo festejar yo...?!
¡Si tengo mi abrazo desierto,
si quiero mirarte a los ojos
y solo veo lloriquear mi río,
si quiero besarte
y beso el aire empobrecido!
¡¿Qué puedo festejar yo...?!
¡Festejar que deambulas
en mis recuerdos,
festejar mi melancolía,
festejar con mi memoria
tus olores y tus groserías!
¡Festejar qué...Amigo mío,
festejar que has partido!
¡No, no puedo festejar,
si no llorar,
como te he llorado, con lágrimas y vacío,
como lloré tu profundo hueco
y sin olvido lo sigo!
¡Claro que sé
que estás llorando conmigo!
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