Amanecí en tus pechos intrínsecamente ausente
Ausencia intrínseca de tus pechos donde me escondí
Amanecí en tus caderas que sostienen mi mente
Mentalidad sostenida en tus caderas donde lo viví
Amanecí en tus muslos que sorprenden tu sexo
Sexualidad sorprendida sobre tus muslos a donde corrí
Amanecí en tus labios que dibuje
Dibujos de labios donde no hice nada más que esconderme
Y
Volvió a atardecer, y a anochecer, y con esto la magia ficticia de volver a comprender, que no hice más que morir en un bello y triste amanecer.
Texto agregado el 25-10-2005, y leído por 138
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