Queridísima Laria,
Escribir esta carta ha sido una de las cosas más difíciles que he hecho en mi vida: una verdadera hazaña. Te pido-te ruego- que me perdones por mi torpe. ¡ Qué fácilmente lloro! Te preocupé y te dije que no tenía nada. Perdóname, Laria. Tú no me disgustas, eso te lo aseguro. Y confío mucho en ti. Laria... Eres una persona tan linda... Todo, tu gesto de bondad, tu inteligencia, tu fortaleza y tu alegría se han quedado gravadas en mí como una dulce presencia. Te amo. Sí, yo te amo. Es lo que quería decirte. Yo te quiero y también te amo. ¡ Te amo! Y tengo miedo. No quiero herirte. No quiero ser como esos hombres que describe Sara. Más bien, no soy uno de esos, pero tengo miedo de ser malinterpretado. Lo que siento por ti es profundo e intenso, Laria. Sé que somos unos niños, novatos en el amor, unos embriones todavía. Pero desarrollaremos sentimientos que nos unirán por siempre. Como amigos, o como algo más, eso dependerá del tiempo, del destino, de nosotros...Laria, nunca olvides que yo te amo.
Sinceramente,
Tu hombrecito del bosque
Tomada de El hombrecito del bosque, Capitulo V
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