14 de septiembre de 2005
Hoy ha sido un día muy especial y no solo porque haya celebrado mi cumpleaños. Es una suerte que sea sábado, he podido levantarme tarde y mamá me ha traído el desayuno a la cama dándome dos besos, luego se ha ido a la cocina para seguir preparando todo para la fiesta de esta tarde. Me hubiera gustado quedar con los compañeros de clase pero no me atreví a decírselo a nadie, de todas maneras siempre celebro mis cumpleaños en familia. 16 años, pensaba que me iba a sentir especial, más mayor, pero he notado que todo sigue igual. Mi madre me dijo que papá y los hermanos me tenían reservada una gran sorpresa y que ni ella misma sabía lo que era pues "son cosas de hombres", esto me lo ha dicho en un tono de complicidad algo ridículo. Cuando me dijo eso no sabía que pensar, mi padre y mis dos hermanos mayores son algo especiales, diferentes a mí, no son tímidos, más bien apabullan, trabajan toda la mañana en el puesto de frutas que tiene mi padre en el mercado, gritan mucho, rien y le dicen a las mujeres cosas picantes, y ellas se ríen...
La tarta estaba muy rica, como a mi me gusta de chocolate y yema, cuando soplé las velas todos aplaudieron y mi padre sacó un pañuelo negro, miré a mi madre y ella se encogió de hombros. Mi padre me colocó la venda sobre los ojos y mis hermanos hicieron de lazarillo hasta el coche, todos me decían que iba a ser una gran sorpresa. Tardamos como media hora, me bajaron del coche protegiéndome la cabeza como en las películas de policías, sonó un timbre y entramos en un lugar. Al principio pensé que era una pescadería, olía como la lonja del pueblo donde veraneamos pero al quitarme el pañuelo noté que estaba oscuro, había luces rojas y mucho humo de tabaco, detrás mía reían mi padre y mis hermanos. Cuando mis pupilas se acostumbraron a la luz vi como una señora con las tetas al aire se colocaba delante mía, se dio la vuelta e hizo como que recogía algo de suelo, no llevaba bragas, uno de mis hermanos se acercó y dijo "toma manopla" metiendo la palma de la mano entre sus piernas, son unos guarros.
La verdad es yo no sabía que decir ante todo eso, mi padre trajo unas copas y brindamos por algo que no escuché bien, me agarró del hombro y me llevó hasta una puerta, la abrió y me dijo "ahí tienes tu regalo, felicidades", cuando entré vi una chica desnuda en la cama, muy guapa y sin pelos en el... Bueno ahí, sin pelos en el chocho. Me quedé petrificado, las risas de mis hermanos se escuchaban detrás de la puerta, me senté en la cama y luego ella lo hizo todo, pensaba que esas cosas duraban más...
Cuando salimos de allí, mis hermanos y mi padre me miraban diferente, hasta diría que con orgullo, lo mejor fue que antes de llegar paramos en la casa de un amigo de papá y sacó una moto del garaje, ma apartó unos metros y me dijo " pa tu madre es este el regalo, no te vayas a ir de la lengua".
Estoy cansado, han sido muchas emociones pero me molesta mucho el picor que tengo en la entrepierna. |