Tengo prendido en el cuello
un abrazo como bufanda
bajo el invierno.
Tú secuestraste mis sensaciones
y a ti llego siempre
para recuperar el frío.
Con manos enormes
me coges el hombro.
Yo, un peruano sin nombre
casi inerte un fantasma en primera fila
deleitándose con tus crueldades
tus divertidas quimeras
de país desarrollado
que juega a cambiar
el color del cielo
y de los cuerpos.
Si fuera a la guerra
para obtener mi oxígeno
despojado del estruendo de tu voz opulenta
sólo llevaría mis manos
como fusiles y mi silencio ceñudo
como protesta.
Mi roja furia acariciaría
la robusta humareda de tu aliento
y una flor desangrada
al mediodía anunciaría el final:
la tonta precipitación del gusano
a desolar el jardín que habitamos.
Texto agregado el 24-10-2005, y leído por 301
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Lectores Opinan
06-12-2005
sólo llevaría mis manos
como fusiles y mi silencio ceñudo
como protesta.
Me gusto mucho, 5***** lamore