El suelo de Madrid se llenó de castañas
Él que me abrazó al nacer
Y celebró con champán a voz en grito
Y me guió hasta decir
Me planto, no sigas creciendo
Y se quedó mirando (asombrado y sonriente)
Viéndome avanzar

Él que me ignoró
Y se hacía el lerdo
Y aún así le halagaba ver que me perdía
Entre sus pasos, y se sonreía
Y sintió el poder pasando de largo
Erguido, zalamero

El que me dio bola
Y pateó conmigo las castañas
Y reía y cuando sintió el cariño
Salió a correr sólo
(se borraron las castañas)
y hubo que comenzar de cero
sin recuerdos, sin adioses,
sólo comenzar

El que no me aclaro
como siente, ni si siente
aunque le quiero como nada
y da tanto miedo
recordar que le busco
en cada rincón y siempre
siempre me da miedo
(a veces no está y cuando está me pierdo en sus palabras)

Y por fin el que llenó
su trasero de cuentos
y me quiere
y le quiero
aunque no esté, ni existamos
ni pateemos las castañas
que este año poblaron las calles
y me llenaron de nostalgia