Lo veía venir desde lejos...No me sorprendió cuando llegó, mas sin embargo si causó cierto revuelo en mi corazón. Sus alas estaban empadas, sus cabellos escurrían denso liquido y su rostro transmitía cierto desazón de arrepentimiento. No estaba segura del porque estabas ahí...De regreso...Conmigo. Hace tanto tiempo que te habías marchado y me dejaste llorando. No me pediste perdón, ni siquiera llamaste a la puerta pues, yo ya te esperaba ansiosa en el portón. Recuerdo haber tocado tu rostro, y observaste mis manos, maltratadas por el tiempo de tu ausencia...mi cama te extrañaba. Como decírtelo...Te quiero, pero no puedo... Ya no puedo.
Me duele...No debiste. Retuerces algo muy por dentro. Enciendes ideas e imágenes que ya no recordaba. Eres mi pared, pero...ya tengo una espada. No se que hacer, Te quiero, pero... ya no lo siento...Me dejaste, aun te odio un poco por ello. Te maldije y lo sigo haciendo. Trajiste tiempos pretéritos a mi aquí / ahora, tus ínfulas me atormentan, tus ojos que escudriñan como si buscaran aun tu sombra que llena mi estancia...Días tristes que te recordaron mi existencia...objetos y personas que te dijeron cuanto sufres, mi imagen empañada que resucitaba en tu alma...Viejos días de otoño en los que éramos chiquillos melancólicos....Días de otoño en los que soy una mujer que nuevamente ama a otro...