Estaba Rosa llorando desconsoladamente en el Rincón vació de una habitación, en algún lugar entre la nada y el infierno. Cuando un ángel caído se materializa a su costado, ella al verlo entre sollozos y suspiros le pregunta. – ¿que haces aquí? haz venido a reírte de mi desgracia o simplemente vienes a atormentar un alma al borde de la desolación.- El con una voz dulce y comprensiva dice. –Yo solamente estoy aquí para consolarte, ofrecerte un hombro sobre el cual llorar, escuchar tus lamentos y penas. Simplemente quiero ayudar.- Sin poder pronunciar palabra, Rosa se tumba a llorar en el regazo de aquella oscura criatura. Luego de un momento de absoluto silencio, ella empieza a confesarle sus males a quien le ofrecía consuelo, así pasaron horas de horas. El ángel caído escuchando, mientras Rosa expulsaba todas aquellas quejas, como un perro rabioso expulsa espuma.
Al cabo del tiempo cuando por fin volvió a quedarse en silencio, él misterioso personaje vuelve a tomar la palabra. –Yo no puedo ayudarte a resolver tus problemas, pero hay un lugar donde no los tendrás. Donde tú y yo podemos estar juntos, regocijándonos en la abundancia de las tinieblas. Pero solo tú puedes dar ese paso, solo tu sabes lo que hay que hacer. Ten toma mi revolver, no contiene mas que un cartucho. Eso será suficiente para que podamos estar juntos.- Con la mano temblorosa y sin pensarlo, toma el revolver; se lo llevo a la boca, mientras cierra los ojos; y luego de un suspiro que durara una fracción de segundo, pero para ella una eternidad. Percuta aquella peculiar arma. Cayendo al instante en un rió de sangre y sesos, que se esparcieron por toda la habitación.
Un momento después abre los ojos para encontrarse en un bosque negro, cubierto de neblina y una tenue luz que apenas alcanza para ver unos centímetros mas haya de donde ella se encontraba. Esos centímetros fueron suficientes para divisar la cara de aquel del cual ella se enamorara unas horas antes. Sin que ella pudiera pronunciar palabra. El la toma de la cintura y le da el beso más tierno que jamás le hayan dado. –Ahora que haz venido puedo revelarte mi identidad. Mi nombre es Lucifer, desde que Él, te creo caí profundamente enamorado de ti y supe desde ese mismo momento que tu serias mi reina. Dedique todos mis esfuerzos a traerte a mi lado para que juntos podamos gobernar el inframundo.- Rosa quedo extasiada con la noticia y desde ese entonces dedico su existencia a gobernar junto a su amado a todas las almas en pena.
Mientras tanto en la triste habitación, se oyen ambulancias y radiopatrullas. Todos los vecinos salen a ver lo sucedido. En el departamento de Rosa la loca, ha habido un disparo, derriben la puerta que es de suma urgencia averiguar lo sucedido. Las viejas del barrio con papel y lápiz se alistan para tomar apuntes del chisme, que luego se encargaran de regarlo por toda la ciudad. Los paramédicos entran corriendo. Pero ya es muy tarde, Rosa murió instantáneamente nada puede hacerse. Los vecinos sueltan algunas lagrimas sin poder evitar un sentimiento de culpabilidad por lo sucedido. Mientras que un padre que iba pasando, comenta que no hay nada porque rezar. Ya que los suicidas no van al cielo. Es una pena dice un muchacho. Era una persona decente. Rosa al observar todo esto, solamente ríe y dice. –Que ingenuos, nunca sabrán que ahora es cuando al fin pude ser feliz.-
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