Me mira fijamente,
cada paso que da es solo un recuerdo
tras la sombra de una rosa inmarcesible.
En mis sueños me visita,
y como la luz de la luna que desciende
entra en mi enlutada armonía.
Solo ella y yo
siguiendo el sonido del vals,
recorriendo la dulzura de una biografía olvidada.
Miro su rostro
y caigo al abismo,
pues es mi amada que ya ha muerto.
Texto agregado el 23-10-2005, y leído por 211
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Lectores Opinan
13-04-2007
Me gustó mucho. El poder verla aunque ya este muerta muestra que un amor va más alla. No me parece trizte, más bien esperanzador, haber sentido amor una vez en la vida. Ella_la_Mariposa