Hay quien mantiene que a las plantas hay que hablarles, tratarlas bien, incluso acariciarlas en cierta manera. Al parecer hay teorías que mantienen que podemos comunicarnos con ellas y que su grado de sensitividad es muy superior al que podríamos pensar.

También hay quien dice que con los electrodomésticos ocurre exactamente lo mismo; según creencias animistas estarían dotados de vida y personalidad; funcionan mejor si se les aporta cierta dosis de cariño y algo de conversación… Claro, con razón por más vueltas que le doy al manual no consigo hacerme con las funciones de mi nuevo horno.

A mi nuevo microondas-horno-turboconvección-grill con función Crisp y detección inteligente; calentamiento rápido y apagado secuencial, le debía ocurrir que se sentía muy solo.

El caso es que ahora le hablo, le he puesto flores, lo trato con mimo… pero me sigue dejando todo tostado por fuera y crudo por dentro.

Anoche, después de una larga conversación sobre filosofía, la evolución del socialismo según Bernstein y Rosa Luxemburgo, intenté asar un pollo; cierto que salió un poco crudo pero mejoró bastante. Para otro día escogeré las teorías de Tylor como tema de debate a ver si mejora.

Este fin de semana quisiera hacer un Tournedor de Corzo con salsa de arandanos y patatas ortigueras… tendré que sacarlo a bailar antes.