Océanos de sangre fluyen en tus labios, saboreando el dolor ajeno tan perverso. Sin clemencia, mutilas cuerpos por placer calcinando su alma en las entrañas del mismo edén, la vida eterna se te ha otorgado, egoísta eres al darnos el omega.
Destruye mi alma y descárname de tu universo, tu aliento es putrefacto, me e artado de las clemencias de los idiotas que no ven que son explotados, recibes sus rezos recibiendo el poder humano, sin ello serias perfecto, serias nada.
El réquiem de Caín retumba en los templos, los obispos beben en los cráneos de los marginados, violando sus hijas, egoístas como tu. ¿Dónde esta esa bondad de la cual tanto hablan de ti? Es tan solo una estampa falsa, un sello robado de los antiguos, modificado y prostituido para tu beneficio. Las siete trompetas han sonado, atacan cobardemente a tus enemigos, apuñalados por la espalda por la mano fiel de tus súbditos, enloquecidos por el elixir de Jesús, el mismo hijo que asesinaste por placer.
Has maldecido nuestra marca, te e maldecido por tu egocentrismo, esta lucha entre tu y yo es lo que espero, pero siempre estas detrás del telón, resguardado por la luz maléfica con la cual expulsaste a tus semejantes, destruyendo su esencia tan inocente sin sentido, acusando al hombre antes de su existencia, odiándolos como un emperador caprichoso.
La legión de la divinidad femenina ha desaparecido, nuestra verdad se a consumido en el cristianismo, las mujeres yacen debajo de ellos, un juramento político las aniquilo. Aradia sufre de la yaga que le has hecho, mírala sufrir, ¿no te remuerde? Ella quien nació antes que tú la has desmembrado, nuestra verdadera madre cósmica y astral a quien pisoteaste, a quien quisiste matar yace en su lecho esperando el momento, en que revivamos nosotros sus hijos, y será nuestro momento de triunfo y perfección, expulsando en lo mas oscuro del universo, así, regresaras y recordaras lo que era la oscuridad que antes te cobijaba. |