Oh dulce bebé! Duermes aún hoy. ¿Qué sabes tú de la afrenta que se está cometiendo en contra de tu divina libertad?
Y en tu sueño inconsciente quisieras ser un alma libre. Pasear por los bosques tropicales y sentir la caricia de la lluvia sobre tu sien. Quisieras poder librarte del tormento de ansiedad al que te somete la sociedad con su devenir asquiento. Quisieras regresar a tiempos inmemoriales huir hacia el encuentro de ti mismo en alguna caverna solitaria. Y convocar tus sentidos!
La sociedad del hedonismo aniquila con necedad tu espíritu de artista, tu espíritu solitario, tus sentidos animales, tu hambre y sed de chacal.
Pero nadie escucha tu sueño inconsciente. Nadie sabe de las luces que llevas dentro. Estallas en llanto de pronto, fue una pesadilla en la que luchabas por escapar hacia una isla desierta, pero rápidamente te capturaban y te regresaban, te volvían al calabozo posmodernista. Tras unos años lucías ya rápidamente uniformado. Ibas a la escuela y le entregabas la manzana a la maestra. Veías la televisión por las tardes y comías cornflakes por las noches. Rápidamente ya eres uno más de ellos. No tendrás ni siquiera libertad condicionada hacia un sueño de medianoche.
Pero dulce bebé! No todo está perdido. Revoluciona, trasciende, busca tu luz inconsciente, los dioses la tienen aún a salvo. Sólo esperad. Creced aún más y..
Guárdate de ellos! Traen entre manos aniquilar tu ser. Entonces, las moscas más repulsivas, las de mercado, rondarán tu cadáver de impensante autómata tan pronto como des oportunidad a la distracción.
Pues, la estupidez es su única virtud. A ellos mismos, les tiene de sumisos, irreflexivos, amando su forma de actuar trivial y deshonesta. Con sordida vanidad, fosforescen grotescamente, orgullosos de su miserable canto. Pues estos parásitos no tienen voluntad ya ni para la ética más simple! |